Llámame lento, posesivo o testarudo… pero llámame a tiempo para la hora de comer!
La semana pasada nos dedicamos a sentir la fuerza de Aries en nuestras vidas y nuestro entorno, y es curioso todo lo que podemos ver si sabemos dónde enfocar la atención.
Esta semana, nos toca empaparnos de la energía de Tauro. Para eso, aprendimos que lo que en Aries era pura energía, en Tauro se convierte en pura materia (E=MC2!). Si Aries es movimiento, Tauro es potencia. Si Aries se siente vivo desplegando su energía, a Tauro le motiva acumular la energía, poseerla.
También vimos que, para Tauro, el mundo es completo, perfecto. Todo está hecho: sólo nos queda disfrutarlo, sintiéndolo, tocándolo, saboreando lentamente cada momento. ¡Qué paz, qué plenitud! Cuando nuestras necesidades materiales están satisfechas, ¡qué seguros nos sentimos, qué a gustito estamos con nuestro cuerpo!
Al final de la clase, un alumno planteó una cuestión muy importante: «¿todas las personas Tauro son así por la fecha en que nacieron?» José Ignacio aprovechó la ocasión para puntualizar dos cosas que no debemos olvidar. Primero, que no somos sólo nuestro signo solar («nací el 5 de mayo: soy Tauro») sino toda nuestra carta natal. Segundo, que no hay «personas Tauro», o «personas de tierra» puras.
Gracias a la astrología, podemos apreciar que somos seres de lo más complejos. En nuestra carta natal vemos cómo todos los signos, y demás factores, se combinan para que seamos seres únicos, irrepetibles. Ya lo iremos descubriendo. Pero, de momento, vayamos paso a paso, sin prisas, sin agobios, disfrutando de nuestra acogedora pradera. Esta semana, toca aprender a vivir el presente, que es donde todo ocurre, que es donde Tauro vive.
¿Quieres saber más sobre el signo Tauro?
Gustavo Capece
marta dice
jejjeej! de hecho mi única tierra es luna Tauro en casa 1 subiendo a 2, el mundo es perfecto y vivo el presente.
Mi única duda es con respecto al recién llegado, es decir, nosotros. Eso porque frente a luna Tauro está Júpiter en Escorpio en cúspide de 8. Uffff! Siempre encuentro el pelo en la sopa en el mundo humano, si no fuera por eso no me hubiera movido de la hamaca bajo el árbol.
Algo como La Emperatriz sentada en el trono -añoro eso-; tengo esa idea loca de que todos podemos vivir como la Emperatriz en su trono con sólo aceptar a cada uno como cada uno es.
Gracias Gustavo, se perfila un nuevo astrólogo y formado con José saldrá bueno. Él tiene esa capacidad de síntesis que te muestra lo esencial de la cosa.
Un abrazo
Gustavo dice
Sí, esa Luna en Tauro está tan ricamente contemplando la vida y saboreándola. Pero claro, ese Júpiter es muy inquisitivo. Quiere saberlo todo, lo que se ve (que es con lo que se queda Tauro) y, sobre todo, lo que está escondido, ¡y eso no se puede hacer desde la hamaca, jeje!
Gracias por tu comentario y tus buenos deseos, Marta. Coincido contigo: José Ignacio siempre va a la esencia y eso es lo que más me gusta de su método. Espero poder hacer lo mismo con mis posts.
Un abrazo.