En las últimas clases del Curso de Astrología Básica de Sermasyo estamos empezando a ver las cosas de una manera diferente. Primero, habíamos separado la rueda del zodiaco en 12 partes, y nos zambullimos en los signos uno a uno.
Ahora, hemos vuelto a ponerlos en su lugar, para ver cómo funcionan como conjunto. Y hemos encontrado que cuentan una historia coherente, llena de sentido y sabiduría. Hemos aprendido que todo, dentro y fuera de nosotros, sigue un ciclo (=círculo) y, si sabemos descifrarlo, obtenemos claves para conocernos a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea.
A partir de ahora, ya no vemos signos buenos y malos, simpáticos o antipáticos. Hemos aprendido que todos son valiosos y necesarios, porque si uno no “funciona”, la rueda se para, y también nuestro crecimiento como personas. Así es como estamos cambiando nuestra manera de ver. Y, si cambia la percepción, ¡cambia el mundo! Porque ya nada se ve igual.
Ya en la primera clase, José Ignacio nos había dicho que íbamos a aprender a pensar de otra manera. Y ahora sabemos de qué estaba hablando. Claro que no nos podíamos imaginar lo profundo que puede ser el pensar astrológicamente. ¡Y esto es sólo el comienzo!
Gustavo Capece